Quetzacóatl
Un mural hecho por Diego Rivera dentro del Palacio Nacional
Diego Rivera inició su pintura en 1929 en el cubo de la
escalera principal de Palacio Nacional, donde resumió su concepción de la
historia de México: en el ala norte de este cubo rescató la cultura tolteca
como una civilización gloriosa representativa de la época clásica prehispánica.
En la parte central se ubica un hombre blanco y barbado, rodeado de su pueblo:
se trata del sacerdote Quetzalcóatl, quien enseñó a su pueblo artes, oficios y
leyes justas para sus habitantes. Los conflictos generados con otros pueblos
obligaron a este hombre a embarcarse hacia el oriente, escena que se aprecia en
la parte superior de este espacio; en la zona central Rivera plasmó un sol
invertido y enseguida un volcán en erupción (a propósito de la decadencia de
las culturas prehispánicas después de la conquista española), de donde sale el
dios Quetzalcóatl en forma de serpiente emplumada, su significado en náhuatl.
En la enorme zona media del mural se representan distintas
escenas de la historia de México: en el centro un águila con el símbolo de la
guerra y la vida en el pico; bajo ella la conquista armada de los españoles
sobre Tenochtitlán; la conquista espiritual (franciscanos evangelizando,
dominicos gobernando el Santo Oficio de la Inquisición); hay cinco arcos con
escenas del México independiente: la intervención norteamericana de 1847; la
segunda intervención francesa y el fusilamiento de Maximiliano de Habsburgo; la
Reforma liberal de 1857; la lucha de independencia de 1810 y la revolución
mexicana de 1910.
En mi opinión este es uno de los murales más representativos de México como nación, porque va desde nuestras raíces indígenas, enmarcando la conquista y un poco de lo que fue la sociedad mexicana en esa época.
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